
Son bienes de dominio público que contribuyen un importante patrimonio histórico-cultural, económico y social que es necesario conservar y legar a las generaciones venideras. En Extremadura suponen una longitud de más de 7.000 Km., con una superficie aproximada de 30.000 hectáreas.
Se entiende por trashumancia el desplazamiento alternativo y periódico de los ganados entre dos regiones de clima diferente. En España tuvo su máximo apogeo desde el s. XIII hasta el XIX, aunque algunos investigadores defienden la hipótesis de que sus orígenes se remontan hasta la época neolítica.
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Las vías pecuarias son las antiguas cañadas o caminos que los ganados trashumantes utilizaban en otoño para dirigirse a los invernaderos del Sur y volvía a recorrer a finales de la primavera y comienzos de verano, cuando regresaban los agostaderos de las montañas del Norte. Por ellas, además de transitar ganado, se intercambiaban costumbres y tradiciones de todo el país.
El sistema cañariego está constituido por una tipología muy variada de caminos pastoriles en función de sus anchuras:
-Cañadas. Atravesaban terrenos cultivados, eran unas 90 varas castellanas (75 m. aproximadamente) y cruzaban varias provincias. Estas vías principales articulaban el espacio y se conectaban entre sí a través de otras de anchura inferior.
-Cordeles. Concurren a las cañadas, unían dos provincias limítrofes y su anchura era de 45 varas, es decir, 37,50 metros.
-Veredas. Caminos que comunicaban varias comarcas de una misma provincia, con una anchura de 25 varas.
-Coladas. Eran más estrechas, menos de 25 varas.
Al lado de estos caminos ganaderos existían elementos adicionales de apoyo que facilitaban el paso y el pasto (agua, descanso, abrigo y seguridad). Descansaderos y ensanchamientos donde los ganados podían pernoctar; abrevaderos o lugares con abundante agua para que los animales y personas pudieran beber y abastecerse de agua; majadas donde los rebaños pasaban la noche; contaderos o pasos estrechos en los que se podían contar fácilmente las cabezas de ganado, casi siempre en los puentes o estrechamientos de caminos; casas de esquileo, lavaderos de lana, …
Las vías pecuarias en Extremadura tienen más de 7.000 km. De recorrido y ocupan una superficie aproximada de 30.000 hectáreas. Corresponden a las cinco cañadas que atraviesan, todas integradas en la Red Nacional (Real de la Plata, Leonesa Orientas, Leonesa Occidental, Soriana Occidental y Segoviana), además de cordeles, veredas o cañadas.
La Cañada Real que atraviesa el término municipal de Cáceres es la Soriana Occidental o de El Casar y constituye una de las nueve arterias fundamentales de la red pecuaria española. Discurre a lo largo de más de 840 km. Y atraviesa las provincias de La Rioja, Soria, Segovia, Ávila, Salamanca, Cáceres y Badajoz. Su función era la de permitir la comunicación de los rebaños de ovejas merinas desde los extensos territorios serranos de Cameros y el norte de Soria a las dehesas de Extremadura.
Estas vías son un patrimonio de gran valor ecológico, social y cultural que se han convertido en zonas de ocio en plena naturaleza, sin perder su antigua función pecuaria.
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