
Se halla en el Cerro del Teso (452 m. de altitud), muy próximo al Cuartel Infanta Isabel y a la Plaza de Toros. Es un cerro arbolado al que se accede por un paseo bautizado a partir de 1920 como Paseo Ibarrola, en honor al jurista y escritor vitoriano afincado en Cáceres, D. José Ibarrola Muñoz.
Las características morfológicas de este paseo, su forma alargada y su altura, se deben a que se ha construido sobre un cerro formado por cuarcitas de edad ordovícica, muy duras y resistentes a la erosión. Es la misma roca que da lugar, en la Sierra de la Mosca, a los cerros del Milano, Risco de Sierra de Fuentes, etc. Y que, posteriormente, produce las elevaciones más septentrionales de la Sierra de Aguas Vivas.
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El Cerro del Teso, actual Paseo Alto, también se le conoció por el nombre de Alto del Rollo y Paseo del Rollo, por haber acogido en sus proximidades al “Rollo o picota”, símbolo jurisdiccional de la Villa.
Desde la Plaza de Toros, junto al Cuartel Infanta Isabel, se accede al alto del cerro a través del paseo Ibarrola, jalonado a su izquierda por urbanizaciones de los años 80, y a su derecha por lo que queda del Cuartel y a las nuevas urbanizaciones que modifican el paraje.
En su parte más elevada se encuentra la Ermita de los Santos Mártires (San Fabián y San Sebastián) construida a partir de 1860 en sustitución de la anterior situada en el solar ocupado por la plaza de Toros, en confuencia de las calles Barrionuevo y Margallo (antes C/Moros). Ermita sencilla, excesivamente restaurada y de escaso valor artístico, dispone de una sola nave con bóvedas de cañón y cubierta a dos aguas, cabecera semicircular con bóveda de cuarto de esfera y dos sacristías semétricas y de planta cuadrada, situadas a ambos lados de la cabecera, espadaña y dos pórticos exteriores. Desde hace años, el 20 de enero se celebra en su explanada la tradicional romería de los Santos Mártires. Son muy populares su Mesa de Ofrendas, las subastas, la venta de roscas y dulces, así como los bailes tradicionales y demás actos lúdicos y religiosos.
Además del a ermita, el Paseo cuenta con un antiguo depósito de agua que se surtía de un pozo excavado en los Regajos y que, coyunturalmente, sirvió para paliar el grave problema de la carestía de agua en Cáceres (años 20 del siglo pasado). Desde ese Depósito se llevaron dos tomas a la población, una a la Plaza de la Concepción (Fuente de la Concepción o Santo Domingo) y la otra a la calle de Godoy (Fuente de la Concordia).
También se encuentran en el paseo una fuente de estilo neomudéjar (1927), los restos del antiguo Jardín Maternal, hoy guardería infantil y las ruinas de un polvorín construido durante nuestra guerra civil.
Paraje con abundante arbolado, espacio de encuentro y paseo tradicional cacereño desde el s. XIX, era frecuente que los médicos recomendasen esta zona a los pacientes de tuberculosis o con problemas respiratorios. Con el paso del tiempo el Paseo se ha ido deteriorando y en los años 90 se convirtió en escenario de frecuentes “botellones” y otras actividades que afortunadamente han desaparecido. Hoy sigue reclamando una rápida intervención para mejorar su limpieza, accesos e instalaciones, así como para repoblar y mejorar su cubierta vegetal y conseguir que se convierta en un Paseo atractivo para los cacereños.
Vale la pena visitar el Paseo Alto porque, además de permitirnos contemplar los alrededores de Cáceres, desde él se nos ofrecen las más bellas y variadas panorámicas de la penillanura trujillano-cacereña.
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